A continuación las principales enfermedades del hígado, presentando tanto sus causas como sus síntomas, así como los tratamientos asociados.
Hepatitis vírica.
Por hepatitis vírica entendemos cualquier inflamación del hígado a causa de una colonización de este por parte de alguno de los virus responsable de la hepatitis. A, B, C, D y E. Las causas dependen del virus, aunque incluyen transmisión feco oral (consumo de alimentos contaminados con heces de personas enfermas) o contacto con sangre o fluidos corporales.
La gravedad también depende del virus causante, aunque generalmente los síntomas consisten en dolor abdominal, ictericia (color amarillento de la piel), fatiga, náuseas y vómitos, orina de color oscuro, dolor en las articulaciones, malestar en la zona abdominal, pérdida de apetito, picazón intensa en la piel…
Normalmente la hepatitis vírica suele resolverse sin mayores complicaciones después de unas semanas sin necesidad de tratamiento, aunque en el caso de la hepatitis B, los afectados necesitarán tratamiento de por vida, los casos más graves de hepatitis vírica pueden requerir de un trasplante de hígado
Cáncer de hígado.
Con sus 840.000 nuevos casos diagnosticados cada año, el de hígado es el séptimo cáncer más común del mundo. Consiste en la formación de un tumor maligno en los hepatocitos y se sabe que un factor de riesgo muy importante es haber sufrido en el pasado una hepatitis vírica, aunque también aparece en personas que no habían presentado nunca patologías hepáticas, en cuyo caso las causas no están demasiado claras.
El consumo excesivo de alcohol, los antecedentes familiares y padecer diabetes son otros de los factores de riesgo más frecuentes. El cáncer de hígado no da síntomas hasta que la afectación hepática es grande, momento en el que se observa ictericia, pérdida de peso, heces blanquecinas, dolor abdominal, vómitos, debilidad y fatiga, pérdida de apetito, etc.
El tratamiento consistirá en, dependiendo de la naturaleza del cáncer y del estado se salud de la persona, cirugía, quimioterapia, radioterapia o una combinación de varios. Aunque muchas veces es necesario realizar un trasplante de hígado, que, con sus 130.000 euros de coste y las más de 12 horas requeridas para llevarlo a cabo, es uno de los procedimientos más caros del mundo de la cirugía.
Cirrosis.
La cirrosis es una enfermedad crónica que aparece cuando, a causa de los excesos con el alcohol o de haber sufrido una hepatitis, en el hígado hay demasiado tejido cicatrizado. Estas cicatrizaciones aparecen cuando el hígado intenta recuperarse de las lesiones y, si se acumulan, pueden acabar dificultando que este órgano cumpla con sus funciones.
Esta situación cursa con los mismos síntomas que los anteriores trastornos y el daño es irreversible, aunque si se detecta en las primeras fases, se pueden tomar medidas (cambio de estilo de vida o tratamientos farmacológicos) que ralentizan el progreso de la enfermedad para no tener que recurrir a un trasplante de hígado.
Enfermedad por hígado graso.
Como su propio nombre indica, esta patología hepática consiste en una acumulación de grasa en el hígado, una situación que, igual que sucedía con la cirrosis, dificulta el normal desempeño de este órgano. Su causa más frecuente es el consumo excesivo de alcohol, aunque también hay otros desencadenantes.
La obesidad, la diabetes, la hipertensión, pérdidas de peso muy rápidas, infecciones hepáticas, trastornos metabólicos, niveles de colesterol alto… Todas estas situaciones pueden provocar que el hígado acumule más grasa de la que debería. Y es más común de lo que parece. De hecho, se estima que hasta el 25% de la población sufre este problema de forma más o menos grave.
De todos modos, en la inmensa mayoría de casos la afectación es tan pequeña que no hay síntomas. Estos aparecen en los casos más serios, en los que, si los cambios en el estilo de vida no funcionan, quizás es necesario pasar por tratamientos médicos y, en caso de que el daño al hígado sea máximo, someterse a un trasplante.
Enfermedad de Wilson.
La enfermedad de Wilson consiste en lo mismo que la hemocromatosis, pero en lugar de absorber demasiado hierro, el cuerpo tiene un exceso de cobre. Sigue siendo una enfermedad de origen genético heredable.
El cobre se acumula, además de en el corazón, el cerebro, los riñones y los ojos, en el hígado. Y esta sustancia provoca cicatrizaciones el tejido hepático, por lo que si no se toman fármacos que fijan el cobre para eliminarlo durante la micción, pueden acumularse lesiones que terminan requiriendo de un trasplante de hígado.
Hepatitis autoinmunitaria.
Como su propio nombre indica, este trastorno consiste en una inflamación del hígado, aunque en este caso el motivo no está en una infección vírica, sino que es nuestro propio cuerpo el que, por error, ataca a los hepatocitos.
Debido a un trastorno genético, el sistema inmune se desregula y las células inmunitarias reconocen a los hepatocitos como “amenazas”, por lo que los atacan como si de un patógeno se tratara. Debido a este ataque autoinmune, el hígado se inflama y surge una sintomatología igual a la de la hepatitis vírica.
En este caso no hay cura, pues el origen de la enfermedad está en los genes, aunque los medicamentos inmunosupresores y los fármacos antiinflamatorios pueden reducir el daño hepático. De todos modos, en los casos más graves quizás sea necesario recurrir a un trasplante de hígado.
Referencias.
Pin em Jugo para limpiar el higado. (s/f). Pinterest. Recuperado el 10 de junio de 2022, de https://www.pinterest.com/pin/591590101056815120/
Prieto, P. B. (2020, abril 2). Las 10 enfermedades hepáticas más comunes (causas, síntomas y tratamiento). Medicoplus.com. https://medicoplus.com/medicina-general/enfermedades-hepaticas-mas-comunes
CLIKISalud [ClikisaludNet]. (2019, octubre 22). Enfermedades del hígado. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=8YOoYbJPCJA
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